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LAS PALABRAS LAS CARGA EL DIABLO

24 agosto, 2020

Por Iñaki Urdanibia

Un certero estudio sobre la importancia del uso de las metáforas a la hora de referirse a ciertos conflictos políticos y sociales.

A estas alturas de la película mantener que las palabras no son inocentes creo que a nadie escandalizará, ya que es una obviedad. Ejemplos cotidianos pueden observarse en lo referente al sexismo que se condensa, como capas temporales que se van acumulando, dando como resultado un lenguaje cargado de connotaciones claras que el paso del tiempo y el uso hacen que no se sientan como discordancias discriminatorias; me vienen a la mente algunas propuestas en este terreno de Jesús Mosterín o de Alvaro García Messeguer para tratar de evitar la discriminación genérica; por supuesto cayeron en saco roto, ya que doctores y cajones, en masculino, tiene la RAE. No está de más, puestos a, recordar algunos nombres de quienes han puesto el acento en las implicaciones ideológico-políticas del lenguaje: así Victor Klemperer, Jean-Pierre Faye, Eric Hassan, Domenico Losurdo , Adam Kovasevich et alii.

La obra que he leído y que traigo a esta página, «Usos políticos de la metáfora. Medios, instituciones y ciudadanía en la definición de conflictos en la esfera pública», edición a cargo de Aratxa Capdevilla Gómez y Carlota Moragas-Fernández, publicado por Icaria, marca ya desde el explícito título su objetivo. El libro recoge un trabajo de investigación académica realizado en la Universitat Roviya i Virgili, y la colaboración de otras instituciones y universidades. Antes de seguir sí quisiera, en honor a la verdad, señalar una cuestión que si en el ámbito universitario es moneda al uso, no lo es, o no lo debe ser tanto, cuando se publica una obra abierta al público en general y me estoy refiriendo al uso del inglés en no pocas citas, lo que hace que quien no controle dicho idioma, haya de saltarse sin más estos trozos o adivinar, por el contexto, el significado de lo dicho; otra cosa, obviamente, es que haya términos y conceptos en inglés, cosa comprensible si en cuenta se tiene que tales expresiones están consagradas en el medio sociológico, etc.

El trabajo fue llevado adelante por medio de grupos de discusión que trataban de ver cómo eran tratados dos cuestiones esenciales: una, el proceso independentista catalán y la otra, la crisis europea de los refugiados. El estudio parte del uso de la metáfora a la hora de referirse a las dos cuestiones nombradas. Salta a la vista que el uso de depende qué metáfora se use, ya se está ofreciendo, como de tapadillo, una cierta visión o versión del asunto en litigio. A los participantes en los diferentes grupos se les facilitaba el acceso a medios de comunicación, a los periódicos más vendidos en Catalunya (La VanguardiaEl PaísEl Mundo) al igual que a las cuentas de Twitter de los diferentes partidos con presencia en el país catalán y de los diferentes organismos sociales. Por medio de estos materiales se puede ver las metáforas más empleadas y las interpretaciones que de ellas se dan dependiendo al sector al que perteneciesen los lectores y participantes en el experimento.

En el caso catalán dos son los tipos de metáforas empleadas: por una parte, la de familia, amor, matrimonio entre Catalunya y España, y por otra, la de viaje, camino, movimiento. En el primer conjunto las diferentes posturas asoman relacionadas al divorcio, dándose una abanico de posicionamientos que van desde quienes juzgan que en esta relación algunos pretenden sacar réditos, saliendo a relucir también temas como los posibles agravios que – para unos no existen, mientras que para otros son de grado descarado – conducen al divorcio; igualmente se habla por parte de algunos de una relación basada en el flirteo, planeando del mismo modo las ideas relacionadas con el amor paterno/filial y la presunta minoría de edad de la parte frente al poder central. Se desvelan quienes apuestan por unas interpretaciones o las contrarias, en la neta división entre pro-independentistas y pro-unionistas. En este orden de cosas, quizá El País resulte el periódico más beligerante en lo que hace al uso de las posturas en pro de la unión hispana y frente a las ansias secesionistas. El segundo conjunto de metáforas parece concitar mayor grado de aceptación en lo que hace a su uso: lo que no quita, naturalmente, que para unos resulte un camino, un viaje con guías, en un movimiento que conduce a un objetivo claro, mientras que para otros es un viaje a ninguna parte o al desastre. Los partidarios de la independencia inciden en lo largo del recorrido emprendido…y a la vez que se van aportado los datos de la investigación (con unos clarificadores cuadros que colocan las cosas y opiniones en su sitio) y balizando el recorrido con distintas anotaciones de orden metodológico, se van viendo los diferentes pasos que se han ido dando en la cuestión catalana (¿o española?): el Estatut de 2010, la creciente implantación de los movimientos sociales; la victoria del PP y las medidas restrictivas que supone azuzar las diferencias, las elecciones de 2012, la consulta del 2014 y se aportan las cifras de votos y la correspondiente correlación de fuerzas. Puigdemont, la aplicación de artículo 155… y el aumento de las disputas acerca del relato, convertido éste en un verdadero campo de batalla. Se analizan las diferentes posturas de la prensa con respecto a la DUI, etc., resaltándose el habitual recurso de nombrar las diferencias entre el gobierno central y el de la Generalitat como conflicto lo cual ya conserva un tono problemático negativo. Salta a la vista que tanto El País como El Mundo tienen preferencia por la salida unionista, con matices que van desde el diálogo a la mano dura, La Vanguardia mantiene, en algunos aspectos, una postura – digamos que – más tibia y comprensiva. La repetición de ciertas expresiones hace que, si se da por cierto aquello que decía el otro: somos lo que leemos, los ciudadanos acaben siendo formateados, resultando imposible permanecer ajenos al bombardeo mediático… así la tendencia a subrayar el desastre como futuro del Procès, supone connotar negativamente a las fuerzas que persiguen ejercer el derecho a decidir…asoman también algunas analogías relacionadas con los juegos, el deporte, etc.; en un balanceo que va desde quienes proponen alcanzar un nuevo contrato a quienes confían en la acumulación de fuerzas.

En el caso de los refugiados, el uso de metáforas como plaga, oleada, tsunami , invasión o similares ya suponen una valoración negativa de quienes llegan , ante los que se ha de alzar una barrera de contención. En este asunto no cabe duda de que los tonos conflictivos son dominantes, y las metáforas tienen el común denominador de estar relacionadas con el agua… En el tratamiento del asunto la tendencia a cosificar a los inmigrantes, por medio de las expresiones empleadas (ola, flujo, inundación…) o a considerarlos como animales y parásitos que vienen a quitar el trabajo a los de aquí al tiempo que para aprovecharse de los servicios sociales, son visiones que están ampliamente implantadas. El agua que es presentada como una inundación, como una invasión ha de ser frenada, lo que lleva a considerar a los países receptores como contenedores, en palabras, y en hechos, de Trump muro, que frenarían la llegada de extranjeros que son deshumanizados o considerados delincuentes per se, etc. El acento, por otra parte, se sitúa en un nivel despolitizado, obviándose de todas, todas el carácter de refugiados de los que tratan de llegar. En el caso hispano aun no habiendo una prensa de extrema derecha, abierta, sí que se da una visión netamente negativa. Así , por ejemplo, en referencia a las verjas, concertinas incluidas, melillenses, El País, emplea términos como amenaza, asalto masivo, medieval…

Tampoco se puede, ni se debe ignorar, el recurso a ciertos tonos relacionados con lo religioso: éxodo, y otros términos que se asocial automáticamente con las creencias religiosas.

En fin, a través de las informaciones que se presentan en este libro queda claro que «las estrategias discursivas tienen un papel fundamental cundo se trata de nombrar un hecho /tema cuyo significado se encuentra bajo negociación debido a su carácter conflictivo», más si van acompañadas por el ruido de los medios de comunicación que sin lugar a dudas incide en la opinión pública, ya que al fin y a la postre, los ciudadanos se informan (o desinforman) a través de ellos. Por supuesto, que queda plasmado por activa y por pasiva, el carácter no inocente, ni retórico de las metáforas que se emplean («la metáfora juega un papel clave en esta interacción lingüística, comunicativa y de poder») y de las que se dan detallados y sobrados ejemplos a lo largo de este ejemplar trabajo.

From → CATALUÑA, CATALUNYA

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