Saltar al contenido

LA FICCIÓN DE LAS RAZAS (Y II)

11 May, 2021

Por Iñaki Urdanibia

«La raza y el racismo son construcciones de poder del mundo moderno. Durante aproximadamente doscientos mil años, antes de que la raza y el racismo se construyeran en el siglo XV, los seres humanos veían el color, pero no agrupaban los colores en razas continentales, no solían adjuntar características negativas y positivas a esos colores ni clasificaban las razas para justificar la desigualdad racial, para reforzar el poder racista y la política. El racismo ni siquiera tiene setecientos años. Es un cáncer que hemos detectado a tiempo». Ibram X. Kendi, Cómo ser antirracista*

«La fuerza de trabajo en una piel blanca nunca podrá ser libre mientras la fuerza de trabajo en una piel negra esté marcada con hierro candente». Karl Marx

Si el anterior artículo concluía, y no me importa repetirme, distinguiendo en quienes niegan las razas y con ello rechazan la existencia de discriminaciones de unos hacia otro, y quienes – entre los que me incluyo – niegan la existencia de razas entre los humanos, rechazando al tiempo la utilización de tal distinción como mero e interesado instrumento para encubrir el dominio de unos sobre otros: los blancos sobre los humanos de otro color [me permito enviar a un artículo en el que explicaba con mayor amplitud la postura que me parece a este respecto más cabal: ¿Una o varias razas? – Kaos en la red], paso a presentar la lectura de las otras dos obras de las que dejaba constancia al inicio del artículo anterior.

Genealogía y desarrollo

Desde la noche de los tiempos los humanos han establecido diferencias que separaban a unos, los suyos, de los otros; los bárbaros de los griegos, aquellos que en vez de hablar la koiné, se expresaban con un bar-bar-bar. Con este mismo hecho se establecían las ventajas de los unos sobre los otros, como implícita jerarquía que suponía que los de más allá no eran humanos plenos, sino que se asemejaban más a los seres del reino animal; negada la humanidad el dominio, hasta el maltrato, quedaba erigido en rey (significativo rulta la actuación del nacionalsocialismo que como primer paso paso consideraba a las víctimas como parásitos, y, en consecuencia, se les debía tratar como tales: de ahí el Zyklon B). Con el paso del tiempo, las cosas variaron y las concepciones también, sin que con ello quiera decir que desapareciera el hábito de separar, de segregar desapareciese.

Abdelkrim Bouhout, ciudadano belga de origen marroquí, investigador en el área de ciencias sociales y políticas en diferentes instituciones, y trabajando en proyectos de cohesión social en la ciudad de Bruselas, ha publicado en L´Harmattan: «Idéologie et théories raciales. De la crise averroïste au grand remplacement», obra que se propone luchar contra los prejuicios raciales. Europa, llegado el momento, estableció unas características que pretendían dar cuenta de la existencia de diferentes razas, solapando su carácter discriminador bajo los ropajes de la razón y de la ciencia.

La obra que como el mismo autor señala desde el principio abarca un amplio periodo histórico lo que hace que no sea más que un esbozo dejando algunos aspectos para estudios con mayor profundidad, al tiempo que también pone las cartas en la mesa en lo referente a las inspiraciones metodológicas: Arendt, la de los Orígenes del totalitarismo, Said y su estudio sobre el orientalismo y los modelos tipos de Max Weber, sin obviar que su mirada se dirige fundamentalmente a autores franceses y más en concreto al periodo que va de la revolución francesa a la época contemporánea (visita ya analiza las obras de E. Renan, Sainte-Beuve, H. Taine, P. Bouget, M. Barrès, C. Maurras, J. Bainville, L. Daudet, V. Lapouge, G. Montandon, G. Pouchet, A. Finkielkraut, R. Camus y M, Houellebecq, acercándose a otros de manera periférica). No oculta, y en la lectura salta a la vista, que el autor toma partido, inscribiendo su trabajo en la tradición intelectual de solidaridad con los desheredados.

Los objetivos que se marca son el de desvelar la presencia de teorías raciales, herederas del siglo XIX, que acusan a los inmigrantes de oikofobia que les lleva a rechazar los principios y valores del país al que llegan. Trata igualmente de incluir tales teorías en la historia de las ideas, ampliando el foco a las tesis depuratorias, que intenta evitar al espíritu nacional de las contaminaciones ajenas; de inmunitas habla Roberto Esposito. Distingue, no obstante, las teorías raciales de las tesis depuratorias, al señalar como las primeras se prolongan en las segundas.

La importancia de los pasos que enfrentaron a diferentes creencias religiosas y al arianismo con el semitismo, y a los intentos por parte del helenismo de la filiación semítica, en dos tiempos: el primero, el que realizó el tomismo atacando al averroísmo (que representaba cierta forma de sincretismo entre la filosofía griega y la teología árabe), hasta que el Renacimiento depuró las doctrinas escolásticas; el segundo, la aristocracia del Antiguo Régimen, y su huella en la nueva derecha francesa, ambas empeñadas en la depuración de la ideología protestante y revolucionaria. Posturas fomentadas y ampliadas por la vulgarización de las ciencias sociales , con la presencia del orientalismo como la forma occidental de ver a los orientales, incrementado con el auge del nacionalismo.

A lo largo del documentado ensayo se toma como eje el campo literario e historiográfico como los laboratorios de las ficciones raciales, subrayando la génesis de la ideología depuratoria occidental, las representaciones medievales frente al averroísmo como punto de partida, y sus posteriores pasos por las Luces franco-kantianas, la caída del Antiguo Régimen hasta la llegada de la ideología contrarrevolucionaria. Para concluir con el acercamientos a las teorías neo-depuratorias de los Finkielkraut, R. Camus y M. Houellebecq; terreno que he de confesar que a servidor le resulta más familiar ya que las obras de estos no me son ajenas a lo que se ha de sumar al ruido mediático que supuso la aparición de las obras a las que se refiere y despelleja el ensayista: La identidad desdichadaLe changement du peuple y Sumisión; las dos que nombro en castellano es debido a que han sido traducidas de Pirineos abajo.

La ordenación de la obra siguiendo los nombrados ideales-tipo weberianos facilita la comprensión: el trabajador de laboratorio, dedicados clasificar, reivindicando una óptica pseudo-científica que justifica el evitar los contagios de razas inferiores o híbridas que conllevan degeneración; el ilusionista que crea ilusiones a partir de procedimientos psicológicos, con la pretensión pseudo-científica de una psicología colectiva que representa el alma de un pueblo; el ventrílocuo que no hace sino declamar escudándose detrás de la voz de una marioneta; y el mayordomo que se erige en guardián de las formas tradicionales, tratando de purificar una lengua de formas heredadas o de estilos extranjeros, como ejemplo puede presentarse la defensa del clasicismo con sus claridad de formas tradicionales frente al peligroso romanticismo

La obra, además del potente repaso que aclaran los diferentes pasos y fases atravesadas, resulta de gran interés en lo que hace a las distinciones que establece entre nacionalismo orgánico y político-cívico; las diferencias entre monogenismo y poligenismo que vienen a presentar dos ópticas opuestas: el origen común reivindicado por la Biblia, defendiendo la otra postura los diferentes orígenes; curiosamente esta última surgió en contra de las falacias religiosas aunque a la vez suponía unas diferencias prestas para la inmediata jerarquización, se ha de evitar, no obstante, una mirada apresurada que identifique la primera con la unidad, mientras que la segunda como paraguas para el colonialismo (¡ay Voltaire! A quien se oponían los republicanos igualitarios), lo cual aun siendo cierto también lo es que ambas defensores de ambas posturas reivindicaron posturas racistas ya que a la primera, a pesar del origen común que pudiera denotar igualdad inicial, se venía a añadir la evolución desigual (gradación intelectual)que hacía que unos fueran más avanzados que otros, etc.

There in America

El nombre de Angela Davis (Birmingham, Alabama, 1944) va asociado con las luchas por las libertades civiles, y la apuesta decidida por la defensa de la emancipación femenina y contra el racismo. Tal combate que amplía su presencia a los pagos académicos, ya que ha sido profesora en diferentes universidades, le ha costado ser víctima de la represión traducidos en años de cárcel y prohibiciones, más Angela Y. Davis no es de las que se achanta.

En «Mujeres, raza y clases», editado por Akal presenta su ideario en el que se entrecruzan los tres aspectos que se nombran en el propio título del libro. Trece capítulos que abarcan la historia, las luchas, las teorías racistas y antirracistas, las diferencias sociales y de género, entreverándose las distintas esferas en presencia. Es un mérito mayor del ensayo el ir avanzando desde el principio hasta el final, sin decaer en ningún momento, apoyándose en los distintos pies que protagonizan la marcha.

El viaje comienza se inicia visitando los tiempos de la esclavitud, develando no pocas falacias y estereotipos que en torno al carácter de tal estado institucionalizado se han difundido: desde el pretendido carácter civilizatorio con respecto a los negros ya que estos eran unos salvajes en estado puro, ignorándose el papel de la mujer con respecto a la que se vertían las leyendas de su promiscuidad sexual y su matriarcado que convertía a los hombres, maridos, en poco menos que seres subordinados cuando no ausentes. Se señalan las separaciones familiares debidas a la compra de algunos, lo que conllevaba pasar a pertenecer a un nuevo dueño y el consiguiente traslado a otro lugar. Se da cuenta igualmente del enorme peso que jugaba la mujer ya que trabajaba fuera de casa, no estando recluida en los límites del hogar. A la importancia de ellas como mano de obra se ha de añadir su papel como procreadoras, haciendo que nuevos hijos sirvieran para ampliar el número de esclavos para los dueños; el estar embarazada no significaba la exención de acudir a las plantaciones como tampoco evitaba los malos tratos en forma de latigazo ante cualquier muestra de queja o supuesta falta de rendimiento . No se dejan de lado las cifras con respecto al negocio que suponía la esclavitud, abolida legalmente en 1808, aunque en la práctica siguiese funcionando.

Ciertos cambios se dieron en lo que respecta a la imagen de la mujer al implantarse nuevos modelos en revistas y novelas románticas, que coincidía con la ampliación del trabajo fabril, supuso para las mujeres blancas un arrinconamiento de la esfera laboral para ser recluidas en el hogar. Con respecto a las familias negras se dio una embestida con el fin de hacer recaer la autoridad en los hombres, evitando así el supuesto dominio de las mujeres. Sabido es que donde hay opresión hay resistencia y ésta se tradujo en sabotajes, en la unión en grupos de cimarrones, o la colaboración en el famoso Ferrocarril Clandestino, y también en la educación como forma de lucha. Algunas pinceladas son trazadas con respecto a un texto canónico, La cabaña del Tío Tom, señalándose sus dejes paternalistas a pesar de ser un texto que realmente se situaba en la onda de las transformaciones.

Los pasos siguientes avanzan por el terreno del abolicionismo, lucha en la que bastantes mujeres blancas, generalmente esposas de hombres dedicados a profesiones liberales, colaboraron decididamente en pos de lograr eliminar la esclavitud y las barreras discriminatorias con respecto a los negros. La iglesia protestante, la de mayor presencia, alzó la voz al cielo ante el protagonismo de las mujeres, cuya labor debía ceñirse al cuidado del marido y de los hijos, acusando a algunas combativas mujeres, las hermanas Grimke, en usurpar las tareas que correspondían a los hombres. Precisamente las hermanas fueron las pioneras a la hora de enlazar los derechos de la mujer con la lucha contra la esclavitud, siendo ambas un combate contra la opresión.

Angela Davis no deja de lado ninguno de los aspectos que relacionan la luca de las mujeres con la lucha contra la opresión y la explotación, dedicando así una honda mirada a las cuestiones que relacionan la clase y la raza en la lucha por la emancipación femenina, y otros aspectos en los que se detiene, como la presencia del racismo en el movimiento sufragista, el peso de la emancipación para las mujeres negras, la importancia de la educación ligada con la emancipación, y…sigue la travesía por diferentes estaciones que dan cuenta del aumento del peso del racismo, de la presencia de las mujeres negras en el movimiento de los clubes, en el movimiento sufragista, rindiendo homenaje a una serie de mujeres luchadoras, comunistas, y desmitificando algunas leyendas urbanas, y campesinas, acerca del carácter violador de los negros, y algunos otros asuntos que completan el cuadro que concluye con unas atinadas reflexiones sobre el trabajo doméstico, y su inclusión en la generalidad de las luchas, más allá de los límites de los hogares particulares..

El resultado un certero acercamiento, con amplios datos históricos, económicos y políticos, al panorama las situaciones de injusticia, que no se queda en el mero terreno de la denuncia sino que se completa con propuestas en pos de la unidad de las luchas, evitando que las diferencias entorpezcan el camino de la emancipación.

En lo referente al uso de algunas palabras y conceptos problemáticos, por no nombrarlos de otro modo, el libro se mantiene en los límites certeros de al pan, pan y al vino vino, no eludiendo el uso de negros y blancos al referirse a mujeres, hombres, niños, poblaciones, etc. Dicho esto y en honor a la verdad, sí que en contadas ocasiones, asoman las palabras / conceptos a los que me he referido desde el principio de este par de artículos: razamujeres de color… La traducción resulta impecable, y el mérito se ha de atribuir a la traductora, Ana Varela Mateos, que se mantiene fiel al espíritu del discurso de la autora, aunque sin faltar a tal espíritu tal vez podría haber evitado los términos señalados, sin cometer trampa mayor.

——————————————————————————————————————

* Racismo y antirracismo – Kaos en la red

Deja un comentario

Deja un comentario