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¿OTRO LIBRO MÁS SOBRE MAYO DEL 68?

18 May, 2021

Por Iñaki Urdanibia

La respuesta a la pregunta del título puede darse de inmediato: es un libro más sobre cine; obviamente solamente conociendo el título de la obra de Manuel Vidal Estévez (Ceuta, 1947), editada por Shangrila: «Entre adoquines: Cine y mayo 68» se anuncia la relación que se establece entre ambas cuestiones. Cierto es, no obstante, que más que a la revuelta del año nombrado, la mirada del autor se centra en algunas películas, no de las más conocidas, que toman el pulso a la mentalidad de la época, a los hechos e ideas que se dieron en los tiempos previos y que sirvieron para incitar las movilizaciones de estudiantes y obreros. No se habla así de películas míticas como Milou en Mai de Louis Malle, Au feu les pompiers de Milos Forman, La salamandre de Alain Tanner, L´an 01 de Gébé/Jacques Douillon, Innocents (The dreamers) de Bernardo Bertolucci, Solo de Jean-Pierre Mocky o de Les amants réguliers de Philippe Garrel, entre otras.

Así pues, el libro no entra en la interpretación de aquella revuelta, que para unos no fue más que una algarada, una puesta en escena carnavalesca por parte de unos hijos de papá, los hijos del baby-boom, hijos de la Coca-Cola y otras lindezas que acompañaban a la afirmación de monsieur le president–général que hablaba de la chienlit, la pagaille, para otros un nuevo modelo de revolución (molecular o rizomática), cambio en el campo de las costumbres, inicio de una nueva época, etc. Así ya al poco de finalizar las movilizaciones que paralizaron el Hexágono, de toma de la palabra hablaba Roland Barthes o de heterotopías Alfredo Bryce Echenique, se dieron más de una decena de interpretaciones sobre los hechos en caliente – número aportado por una revista sociológica de la época: Revue françiase de sciences sociales – nada digamos con el paso de los años y las rememoraciones en los aniversarios, momentos en los que irrumpieron con fuerza las visiones patrimonialistas de André Glucksmann, Daniel Cohn Bendit o Bernard-Henri Lévy. Caliente todavía el humo de las barrucadas proliferaron los tempranos análisis: de Alain Touraine, Claude Lefort, Cornelius Castoriadis (Coudray), Edgar Morin, Raymond Aron, o de algunos de sus protagonistas como el inevitable Daniel Cohn Bendit (en colaboración por no decir inspiración de su hermano), Jean-Pierre Duteuil, Henri Weber, Daniel Bensaïd hasta los posteriores estudios de Jacques Baynac, Serge Audier, Bernard Brillant, François Cusset , Nicolas Daum, Kristin Ross, Tomás Ibáñez, Octavio Alberola, Miquel Amorós, etc. Y no sigo que me voy.

Como decía estamos ante una obra documentada del cine en su relación con la mentalidad de la época, del lado -digamos que- de la rebeldía. Manuel Vidal Estévez (Ceuta, 1947) es al autor y de su mano se visitan varias películas, deteniéndose en su realización, sus problemas de exhibición, los temas que tratan, sin ignorar los aspectos técnicos propios del séptimo arte. Las pinceladas sobre mayo del 68 se cuelan por añadidura, con referencias atinadas en lo que hace al contexto histórico, ideológico-político; no me resisto a señalar que las referencias resultan por momentos distantes y hasta displicentes con respecto a las pretensiones de los protagonistas presentados -desde una óptica, obviamente, post partum-, que puede quedar ejemplarizadas con algunas significativas citas del siempre inconformista Revel, en su escore (en otra ocasión se repite lo del odio y lo del antiamericanismo primario, aunque condenar y oponerse a las intervenciones de los USA en cualquier rincón del globo para ejercer de gendarme y atender sus negocios, como era la intervención asesina en Vietnam. no tiene por qué ser ni lo uno ni lo otro, y si no que se lo pregunten a Bertrand Russell) o del en aquellos althusseriano de pro, Gabriel Albiac, o algunos darditos revestidos de sorna hacia Jacques Rancière; casos que no hacen sino señalar el tono general al que me refiero. Ya que… no me privaré de decir que en este terreno, como en otros, coincido con Gilles Deleuze a la hora de subrayaba que nunca había renegado de mayo del 68, y hasta con las interpretaciones de Jean-François Lyotard y Michel Foucault, asociando tal fecha con las posturas kantianas acerca del entusiasmo, como forma de sublime, y aplicando los presupuestos del de Königsberg, sobre tal sentimiento de los espectadores de la revolución francesa, como signum rememorativum, demonstrativum, prognosticum de que la humanidad progresaba hacia mejor.

Comienza el detallado y documentado repaso con los problemas con la censura que tuvo La religiosa de Jacques Rivette, cinta basada en la obra de Denis Diderot, censura que afectó a. representaciones, como una obra de Jean Genet, en los tiempos ministeriales de André Malraux, que supuso una encendida protesta de los medios culturales, con la voz de la protesta encabezada por Godard. Precisamente es la película del nombrado, La Chinoise, la que es presentada y analizada con detalle, y con reproducciones de fotogramas al apoyo. La película se proyecto en 1967 y se ha de tener en cuenta que la llamada Revolución Cultural Proletaria se inició en China un año antes. En la película se trata de retratar el ambiente de la época en la que la sombra de la revolución china y las ideas de Mao, el pensamiento Mao Tse Tung recogido en su libro rojo, enseñanzas que los protagonistas de la película siguen con un espíritu dogmático destacado, en pugna con algún otro protagonista que representa las posturas revisionistas del PCF. La película recoge referencias a algunas cuestiones, que además de las nombradas, ocupaban su espacio en la mentalidad de aquellos tiempos, como las posturas de André Gorz, alguna intervención de Alain Badiou, o los cameos de Francis Jeanson, planeando las enseñanzas (la coupure épistémologique entre el joven Marx y el maduroy toda la copla) de Louis Althusser. o las ideas de Las palabras y las cosas de Michel Foucault criticadas con dureza al igual que la ola estructuralista; posicionamientos presentados en entrevistas, atracciones y conversaciones. Curiosamente se señala que las críticas fueron duras en especial por parte de aquellos que se pensaba que podrían mostrar su contento al prestarse altavoz a sus posturas, mientras que precisamente fueron los sectores criticados, en especial el PCF, quienes aplaudieron la cinta, al verse el fanatismo dogmático que era presentado por Godard, más allá de la intención de éste. Sí que quisiera señalar la interpretación que se vierte acerca de la película como clausura avant la lettre, con aires funerarios, de las ilusiones revolucionarias, aunque no está de más añadir que avant les évènements también, ya que las esperanzas, guiadas por aquel siempre hay razón para rebelarse, se dispararon en el año de marras y en los posteriores, no solamente en las filas pro-chinas sino igualmente en las trotskistas, ácratas y filo-situacionistas… de los delirios que en algunos momentos se nombran, no me pronunciaré ni entraré en distinciones acerca del en-sí y para-sí, ni las cuestiones relacionadas con el sur place o las miradas desde lejos en el tiempo, sueños que en los momentos de la acción eran creíbles para los movilizados hasta que llegó la llamada al orden del general, y más tarde por las condenas amalgamadoras, en una clara llamada al rétour à l´ordre, de los Luc Ferry&Alain Renaut contra la pensée 68.

Otro de los temas que cobraban relevancia en aquellos años era la guerra de Vietnam, y el apoyo a la lucha del pueblo vietnamita contra el imperialismo yanki, asunto que abordaba Loin de Vietnam, al prestar voz a quienes se oponían a la intervención norteamericana. Se presentan las circunstancias de la exhibición de la película en diferentes países, viéndose los problemas que la exhibición de la cinta tuvo en Francia, primero por la exigencia de anular algunos textos que acompañaban a las imágenes y posteriormente por la fugaz presencia en la cartelera, lo que hizo que poca gente pudiera vez la película, entre otras cosas por los ataques a las salas del grupo de extrema derecha Occident, que provocó la rápida desaparición de la cartelera.

El siguiente turno presta atención a Â bientôt, j´espère de Chris Market, que trata sobre un huelga de la fábrica Rhodiaceta de Besançon, si bien más que en la huelga en sí la película otorga destacado espacio a entrevistas con diferentes protagonistas. La huelga tuvo enorme resonancia, siendo, no obstante, las opiniones de su representación en la pantalla, negativas por parte de los obreros en lucha.

Se presenta después al affaire Langlois, cuando éste célebre personaje fue destituido de la Cinémathèque provocando una malestar sin cuento entre los amantes del séptimo arte y del arte y la cultura en general. El Estado a cambio de cierto apoyo a tal institución exigía el derecho a intervenir en las deliberaciones de la institución que hasta entonces había sido privada; institución de la que se relata su constitución, sus transformaciones y los cambios en lo referente a su dirección. Las movilizaciones alcanzaron amplitud y de ello se da cumplida cuenta.

En relación directa con el mayo, se fundaron los llamados Estados Generales del Cine, calificados por el autor como delirio insurgente, delirio que era apoyado por cineastas, críticos y estudiantes. Somos introducidos au milieu de la mêlée del surgimiento del 22 de mars, de Naterre, de los hechos que siguieron; en el terreno del cine, conocemos diferentes manifiestos, programas y declaraciones a la vez que asistimos al contagio que llegó al festival de Cannes. A resultas de estas acciones se originó el fenómeno nuevo de los colectivos de cine militante. El panorama anterior a la creación de los mentados Estados y el impulso que éste supuso; viajamos a diferentes sucursales y grupos de la lucha en el campo del cine. Para concluir con El fondo del aire es rojo de Chris Market, que mira a los diez años de historia de la izquierda a golpe de archivos. Película estrenada en París en 1977, que recorría los hechos destacados de aquellos años: el golpe de Pinochet y la figura de Salvador Allende, tras el asesinato del Che, y la ola de derrotas sucesivas de la izquierda, plasmada en 1977 con la ruptura del programa común de la izquierda en el Hexágono. Se analizan las dos partes de la película (Les mains fragiles y Les mains coupeés), que abarcan, paso a paso, los episodios nombrados.

En fin, un libro que da un repaso pormenorizado a las cuestiones y hechos nombrados, que cuenta en las páginas finales con una útil cronología de los años 1967-1977 y una aclaradora clave de siglas…Las reproducciones fotográficas que ilustran la obra están cuidadas con primor y reproducidas en adecuada e impecable cuatricomía.

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